
miércoles, julio 06, 2011

Nacho Esains
Si hay una frase muy graciosa en el marketing moderno de videojuegos es “sistema de moralidad”. Lo que antes conocíamos como “el final bueno y el final malo” ahora pretende traspasar esa barrera para permitirnos interpretar el rol de un personaje como nunca lo hicimos antes. The Witcher 2, inFamous 2, BioShock y todos y cada uno de los simpáticos pero cuadradísimos juegos de BioWare venden esta característica como el factor que humaniza los juegos actuales. Actuales, si no contamos Alter Ego, que en 1986 ofrecía una simulación de decisiones y consecuencias mil veces más compleja (y más divertida) (y más delirante) que cualquiera de esas bestias ponderosas.
Alter Ego entra en una categoría poco poblada, la de los juegos diseñados por especialistas en cosas que nada tienen que ver con los juegos. Generalmente estos profesionales sirven de consultores a juegos que quieren aprovechar nombres famosos o necesitan sí o sí asesoría en algún aspecto. El rey del género Juegos Diseñados por Gente que No Debería Diseñar Juegos es Jim Walls, diseñador de la serie Police Quest y pesadilla del pobre Al Lowe que era el que terminaba solucionando sus imposibles puzzles de hacer multas y respetar a rajatabla el procedimiento policial.
Pero Alter Ego habita su propia categoría, ya que el único crédito del juego es el psicólogo Peter Favaro. Así que tenemos un juego diseñado por un psicólogo, con gráficos dibujados por un psicólogo, y lógica programada por un psicólogo. Y ni siquiera un psicólogo particularmente bueno. Pero ya vamos a llegar a eso.
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En los ochenta, los niños soñábamos en CGA. |
Las primeras pantallas de Alter Ego nos dejan claro que este va a ser un juego de leer. Enormes (ENORMES) letras blancas sobre fondo negro nos preguntan si queremos definir nuestra personalidad a través de una serie de preguntas de lo más personales y a veces mortalmente confusas (PIENSO QUE ESTE TEST ES INUTIL – VERDADERO / FALSO).
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Uno de los primeros ejemplos de publicidad en un videojuego es este aviso de Geniol. |
Con nuestra personalidad definida, el amigo Peter nos pregunta dónde queremos empezar nuestra vida. Sin miedo a nada, elegimos la infancia y entramos al juego… que parece una especie de diagrama de flujo, con unas barritas que no se llegan a leer, y símbolos que… ah, vamos a boludear un rato y ver qué pasa. Cada “nodo” del arbolito es un dilema moral. Algunos son emocionales, algunos intelectuales, otros físicos. Es un sistema bastante simple (menos las barritas que suben y bajan sin mucho explicar, aunque al parecer representan las distintas “esferas” de la experiencia humana). El relojito de la derecha parece estar de adorno, pero cuenta los minutos antes de pasar al próximo estado de nuestro humanito (llamado Tetabesty – padres crueles) y representa el verdadero aspecto de juego de Alter Ego, ya que no tenemos tiempo de elegir todas las opciones abiertas. De a poco recibiremos otras opciones: relaciones, estudios, familia, trabajo. Todo con el estilo inconfundible de nuestro anfitrión Peter Favaro (“Bienvenido al ícono de casamiento” - ¿qué juego moderno te da la bienvenida a un menú? Ni Clippy es tan considerado).
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Sí, "Tetina". Es de origen griego (curiosamente, es el segundo nombre de Silvina Garré). |
Cada nodo un dilema moral, decíamos, pero un dilema moral propuesto por un Dios profundamente humano, y específico. Tetabesty bebé pasea por la casa, llora con su mamá (“La esfera emocional aumenta”), y vomita cuando se roba un plato de deliciosa crema Chantilly (“La esfera física decrece”), pero por mucho que invoque a sus preciosas esferas, Favaro no está viendo a Tetabesty a través de un microscopio, sino que nos empuja sutilmente a las decisiones correctas, dándonos descripciones ingeniosas y alegres si decidimos bien y felicitándonos cada vez que elegimos la opción “correcta”, como si este Dios omnisciente realmente QUISIERA que nos portemos bien y triunfemos en la vida, para que no terminemos como, digamos, un periodista de videojuegos, amablemente lanzándonos tips cada vez que metemos la pata. Aunque a veces los tips no son tan amables.
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Con Peter J Favaro no se jode. |
Este mensaje me salió muy tempranito, cuando tuve el tupé de mostrar curiosidad por un sonajero, pero no agarrarlo, lo que me ganó un Sermón de San Favaro que me hizo sentir realmente mal. La consistencia es importante en Alter Ego. Si nuestro personaje es un nerd, mejor no lo mandemos a practicar fútbol soccer o alguna locura así porque el Cruel Dios Favaro es capaz de sacarnos una pierna. O directamente, matar a nuestro chaboncito – y ni hablar si es chaboncita.
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No te ganás un premio por adivinar de qué década es este juego. |
Alter Ego tiene dos ediciones, Male y Female (lo publicó Activision, lo que comprueba que ya en 1986 sabían como venderte el mismo juego dos veces), y aunque la masculina se siente más variada, la femenina es muchísimo más peligrosa, en especial cuando Tetina (nuestra muchacha) es adolescente, y cada impulso hormonal significa un embarazo, un desorden alimenticio, o una muerte horrible junto a las vías del tren.
Más allá del simpatiquísimo moralismo de Peter Favaro, el efecto de Alter Ego es sorprendente, aún 178 años después de que fuera diseñado. Las consecuencias Þ nuestras decisiones se sienten a lo largo de toda la experiencia y la evaluación final al terminar cada etapa de la vida resulta bastante completa, aunque inevitablemente la pretensión de simulación hace agua por cada costado, la velocidad de respuesta del juego y su simpleza absoluta lo hace un placer de jugar, todavía hoy. Es un modelo perfecto de cómo diseñar un sistema de moralidad mil veces más detallado de los que hoy tienen como única consecuencia una cinemática ligeramente distinta o una escena de sexo con Leliana en vez de Morrigan.
Nacho Esains gusta de leer sus propias notas imitando la voz de William Shatner. Si querés hacer lo mismo con sus tweets, seguilo en @nacho_esains
4 comments:
Creo que ya tengo mi nuevo juego de cabecera (o de cesera).
¿Cúal fue el cruel destino de Tetina?
Cuando me di cuenta que el beato Peter me sugerí que Tetina fuera ligeramente menos puta decidí acostarme con el equipo entero de futból y terminó literalmente violada y asesinada antes de cumplir los veinte. Como la mayoría de los juegos de los ochenta, es mucho más divertido perder que ganar en Alter Ego.
Por lo que decís es un juego en el que ganan los viejos fachos.
Y perdemos todo el resto.
Para viejos fachos no sabés lo que es el próximo que estoy preparando. Tres grises, grises, grises aventuras de la guerra fría que ni Kojima te salva.
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