Con Temple de Acero


Surgido en pleno apogeo de las aventuras gráficas, el jueguito point and click que hoy rescatamos, supo conocer un pasado tormentoso, al igual que su protagonista quien ni bien empieza la aventura, sufre nada menos que dos accidentes aéreos al hilo.



La primer versión de Beneath a Steel Sky dejó boquiabiertos a los usuarios de la Commodore Amiga, allá por el año 1994, no tanto por las bondades gráficas del programa, -que eran indiscutibles- sino porque para llevárselo a casita había que conseguir nada menos que 15 disquitos de 3½  lo que incluía no solo tener que borrar todos nuestros disquettes con demos checas, sino hacerse de la paciencia necesaria para intentar copiarlos a sabiendas que tarde o temprano uno de esos pequeños bastardos iba a empezar a hacer sonar nuestra disquetera como matraca de comparsa.

Para todos los que no vivieron esa época, esta era una señal inequívoca de que minutos más tarde estaríamos apretujados en el bondi, en plena hora pico, para ir a reclamarle a nuestro dealer de fichines preferido que otra vez nos estaba cagando. Este sujeto una vez más se negaría rotundamente a reconocer el hecho de que todas las copias de ese mismo disquete que tenía estaban cagadas y haciéndose el otario nos volvía a vender una versión pinchada del juego. Si bien los usuarios de PC la tenían más facil, ya que el Beneath les entraba en apenas 6 disquetes de los blanditos, seguían siendo unos tristes tipos con computadoras que tenían nombre de linea de colectivo.
Lo que antes te ocupaba 15 disquitos ahora te lo bajás en 15 segundos para jugar en el teléfono
Como se podrán imaginar, esta es otra historia de ficción futurista, de esas bien hard como las preferimos en esta columna, con marcadas reminiscencias de Blade Runner (cuando no), pero también con bastante de otras fuentes como la obra de Huxley o Dick, e incluso influencias más gancheros para la época como algunos comics de vanguardia que se publicaban en europa o en la Fierro. Sin ir más lejos, todo el arte del juego, incluyendo algunas páginas tipo historietas animadas, respondían al plumín machacado de un tal Dave Gibbons, ¡mismísimo co-autor de los Watchmen y los Rogue Troopers! Obviamente no podemos hablar de  coincidencia de talentos ya que los desarrolladores de esta joyita fueron los duros y británicos muchachos de Revolution Software, quienes entre medio de este titulo se supieron ganar gran respeto en el mercado gracias a títulos como Lure of the Temptress (antes) y Broken Sword (después).

Tanto el argumento como los personajes son buenísimos y poco tienen que envidiar a la verdadera literatura del género, coincidiendo con el decaimiento del cyberpunk en los países de lengua sajona, que aun se demoraría algunos años hasta llegar a nuestras orillas. Nota mental: si para vos este término todavía es sinónimo de Bubblegum Crisis, Chispiluz, Matrix o un video de Billy Idol, te recomendamos que te alejes de tanta superficialidad  y te internes de una buena vez en la literatura de Neal Stephenson (¡no, el de la Isla del Tesoro no, bestia!), Rudy Rucker,  Bruce Sterling, Fernando Bonsembiante y hasta John Varley les diria.

Pero volviendo a lo que nos convoca y como contarles toda la historia nos da fiaca -la del cyberpunk también, pero hoy en especial la de este juego- sepan que la cosa la va de 'personal odisea mega post apocalíptica tecnológica', donde el prota Rober Foster y su poco confiable asistente mecánico Joey deberán descifrar los secretos de un nuevo orden totalitario australiano donde no encuentran cabida ni explicaciones pero si muchísimas situaciones divertidas.

Toda semejanza con el robo de los hermanos Guachosky tira error de redundancia.
Aclamado por la crítica nerd en general y muy especialmente por el nerd sin prensa (recordemos que por suerte no existían aun los blogs), el juego permaneció perdido en el limbo informatico pre-internet hasta que en el 2003 Beneath a Steel Sky es oficialmente pasado a la categoría de freeware, viéndose beneficiado de las bondades de poder correr truchamente bajo el motor ScummVM, donde aún se lo puede conseguir gratarola para todas las maquinas colectiveras, incluyendo una inestable compilada para Android que lamentablemente ha sido medio abandonada.

El juego usaba el sistema Virtual Theatre de Dario Vittori (TM) que era como un Scumm (TM) más flojo.
Sin embargo la revampirización más notoria data del mediados del 2009 cuando una versión para telefonitos Apone sale a la venta, haciendo gala de una nueva interface bastante eficaz, diálgos remasterizados -esto más que nada es para que los americanos puedan entender de una vez que es lo que pasa-, subtítulos en varios idiomas incluyendo el castellano, cutscenes con animaciones inéditas y lo mejor de todo: dejando los mismos gráficos del original para evitar mandarse otro homenaje al mal gusto, como sucediera con las dos primeras remakes de Monkey Island.

¡Por Dios Donovan, hacen comida!
Desde hace eones que la gente de Revolution amaga con una supuesta continuación que en realidad no existe, sin embargo insisten en que en algún lado alguien está trabajando en ella. Como fuere, el que se hayan tomado la molestia de reflotarlo para las nuevas tecnologías puede ser considerado como una señal de esperanza o más bien como acertado cierre para esta nota.

Algunos tramos de esta nota son verídicos, es sabido que Pato Land nunca pudo terminar este juego en Amiga porque tenia el disquette siete pinchado. La nueva versión tampoco le sale porque se quedo trabado en la parte de la cinta transportadora.

3 comments:

Facundo Mounes dijo...

Jaja, google leyó tu nota y puso una publicidad al lado de "Proteja su inversión en acero: Galvanice por inmersión en caliente"

Laurent dijo...

""¡Por Dios Donovan, hacen comida!""

Headshot nostálgico.

Laurent dijo...

Lo estoy jugando iPod Touch (los retrogamer tienen smartphone, los salames una cajita negra con pantalla que reproduce mp3)
No va que ni bien arranca el protagonista se esconde en unos caños y piensa "Esto tipos quieren COGERME, debo hacer algo!"

Me estoy riendo como un nene. No puedo ser tan bobo.

Publicar un comentario

Twitter Facebook Favorites RSS