Imaginary Range


A nadie sorprenderá saber que en Planeta Japón los tradicionales mangas de papel reciclado, esos que se hinchan como un airbag al contacto con dos o tres gotas de sopa miso instantánea, parecen tener sus días contados. no solo porque en la isla ya no entra ni un alfiler, sino porque los pibes -al igual que en el resto del mundo- no te leen nada más largo que un sms.


Asi muchos títulos independientes solo pueden conseguirse exclusivamente en formato digital para mirar en el telefonito, que de esta manera, sumando dos tendencias irrefrenables (la de producir software para smartphones y la de hacer juegos cada vez más pedorros) los chicos de Square Enix aprovechan  para  ofrecernos un nuevo producto: Imaginary Range, pildorita de descontada descarga gratuita para Apones y Anduroiduros,  cuya historia al igual que en las ultimas doscientas series de animes nuevas que no sean de nenitas, no se entiende un catzo.


La cosa es que unos seres Omega atacan las principales ciudades del mundo, en este caso a nosotros nos toca vivir los eventos acaecidos en París, haciendo que alrededor del globo las víctimas inocentes se acumulan a lo pavote… y si hablamos de cosas pavotas entramos en absoluta sintonía con lo que este cuentito tiene para ofrecernos. Sin ir más lejos la propuesta del equipo que alguna vez nos deleitara con el Chocobo Tales, es ahora la de simplemente ir pasando paginitas de dos o tres viñetas, que para  avanzar en su lectura  nos impone resolver situaciones lúdicas dignas de la última página de Ambito Financiero.

El insufrible manga de la minita que se convierte.
Y aunque el arte no es para nada malo, el argumento apesta en superficialidad. Por si esto fuera poco,  los minigames son tan insulsos y repetitivos que dan verdadera pena. Los mismos incluyen los revolucionarios  'descubra los iconitos ocultos', 'telecomande los misilitos' y el inflamable 'haga rebotar el láser en las esquinas', en pocas palabras: minigames para minibrains.
Ni sueñen con desafiar a un mega jefe al final, aquí al unico boss que van a desafiar es al Boss-tezo!

¡Señores del Squenix, dejense de joder con estas diminutas  pantallas táctiles que cuestan un huevo y devuélvanos los Pocketeers!

Patricio Land lo intenta, pero no encuentra la manera de resolver el sudoku de Ambito Financiero. Seguilo en su columna internacional todo los jueves en Tetabester.

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