Anduve jugando: Anno 2070

Pocos juegos logran explotar la vena neurótica que llevamos dentro como Anno, la popular serie de urbanismo histórico (con nombre infantilmente cómico). Es uno de los pocos juegos con un nivel de detalle asqueroso y al mismo tiempo una mecánica visceralmente gratificante. Construir casitas, unirlas con caminitos y ver como prosperan sus diminutos habitantes libera endorfinas a un nivel que ni SimCity logra alcanzar. Dividido en (casi) partes iguales de juego y juguete, es uno de los pocos títulos en donde obsesionarte por el diseño de tu ciudad tiene efecto en el juego y no es algo que solo importa en los retorcidos rincones de tu mente.


Cuando anunciaron esta ultima entrega, Anno 2070, mi medidor de interés picó en su punto mas alto. No solo porque la entrega anterior, Anno 1404, fue un juego de la reputa madre, sino que por vez primera la serie se alejo de sus raíces históricas y escogió un escenario ficticio ideal para explorar nuevas mecánicas.

El juego transcurre en un futuro devastado por el cambio climático, un mundo en donde las pequeñas islas de sus antecesores tienen más sentido que nunca, ya que las masas de terreno han sido inundadas por las aguas del cataclismo ecológico. Anno 2070 inclusive ofrece dos sabores de edificación: unos hippies ecologistas y unos garcas corporativistas (los tecnócratas submarinos están disponibles para todos).

Bajo el mar la vida es más bella.

 En papel suena como que los hippies luchan por reconstruir una sociedad auto-sustentable que busca eliminar la huella ecológica de la humanidad mientras que sus oponentes quieren aprovechar los últimos cartuchos de la madre tierra para asegurar que la humanidad prevalezca mediante la tecnología y el progreso industrial. Desde la caja parece ser un juego increiblemente actual, a pesar de transcurrir en el futuro, y una excelente oportunidad de plantear mediante jugabilidad un tema importantísimo para la humanidad.

Con el juego instalado la realidad es, lamentablemente, decepcionante. Las dos facciones tienen edificios completamente diferentes, si, pero básicamente hacen las mismas cosas. No importa si fuiste con los hippies o los garcas, al final del día la dinámica es la misma: conseguir bienes cada vez mas elaborados para atraer ciudadanos prorgesivamente mas sofisticados.

Construyendo la Copa Davis del futuro.

Es cierto que las necesidades de los ciudadanos ecologistas son distintas a la de los industriales, pero termina siendo un tema cosmético cuando podrían haber aprovechado el trasfondo para generar dos estructuras de progresión distintas. No me digas que cuando se sentaron a pensar una sociedad futurista de hippies fumaporro, lo mejor que se les ocurrió es que van a comer sushi en vez de McDonalds. El juego promete una interesantisima supervivencia tras el apocalipsis climático y entrega la misma cadena de consumo y valor agregado de las entregas anteriores.

Es una pena que no hayan decidido explotar apropiadamente el escenario que ellos mismos crearon, porque es un ambiente muy rico para un cambio dramático en la serie. Además, la ejecución se fue oficialmente a la mierda y el resultado esta buenisimo. Es lejos uno de los juegos mas lindos y elegantes del año. Muchos juegos separan el área de juego en dos esferas y te piden que toques TAB o algún botón de la interfaz para pasar de uno a otro. Anno 2070 te permite usar la ruedita del mouse para zambullir (literalmente) la cámara en el mar y así entrar al mundo submarino con sus ciudades acuáticas.

¡Ojalá le hubiesen puesta tanta onda a la progresión de las dos facciones!


Juan Pablo Bouquet se zambulle en este Anno sin pensarlo dos veces. Zambullite con él en Tetabester.com.