La Intranscendencia de los Video Juegos

La odiosa comparación entre el cine y los video juegos es, aparte de un ejercicio inútil, una muestra de incomprensión hacia el video juego como medio. Pero lo cierto es que hay una diferencia en particular que distingue al entretenimiento electrónico por antonomasia. Una película o un libro se puede disfrutar ilimitadas veces. Sí, yo puedo jugar este juego todas las veces que quiero. ¿O algo me lo va a impedir?


Solo basta con mirar sobre mí hombro en este instante. A lo largo de los últimos años me he dedicado a juntar chatarra en un acto de cartoneo nostálgico que seguramente se deba a una horrible necesidad de aferrarme a la juventud. Los juegos que distinguen a mí generación, que ya pinta un principio de canas o una incipiente alopecia, son perennes. Tenemos la fortuna de tener esta posibilidad de repetir hasta el hartazgo las experiencias de otrora.

Y tenemos que agradecerlo. Es algo que no se va a repetir.

Ninguna otra generación nació con el instinto de soplar las cosas cuando no funcionan.

¿Necesitas de alguien más para que una película sea una película? Esto es un aspecto que hace único a los juegos, en sus modos multijugador. Konami anunció recientemente que cerrará los servidores de Metal Gear Online. O sea, el punto final a una experiencia, el fin de facto. Así como el chasquido seco de dedos, nunca más podrá nadie calzarse los borceguíes de Snake y tener una lucha mano a mano en ese mundito que surgió de la mente colectiva de Kojima Productions. No al menos como lo fue en ese marco en particular (estoy consciente de los esfuerzos de los fans para mantener vivas esas experiencias, ¿pero que va a suceder cuando Microsoft baje la llave de Xbox Live en 360?)

La vasta mayoría de los juegos de teléfonos celulares y sociales ofrecen divertimento express. Esa inmensa biblioteca es dependiente de lo que dicta su creador desde el servidor. En unos pocos años, todos se van a olvidar de los títulos de hoy. Menos vos.

Mí hijo realmente disfruta de algunos de estos. Me imagino que la persona promedio no se aferra a los recuerdos de la misma manera, pero yo fui tan influenciado por esas sensaciones, y puedo, en este exacto momento, dejar de escribir estas pelotudeces, soplar un cartucho, y vivir un facsímil. Añejado, en blanco y negro, puteando un "¿cómo podía ser que me gustara esta mierda?". Pero puedo.

Él no va a poder. Es la edad oscura del medio.

"Pero... ¿a qué mierda estoy jugando?"

Ahh, que alivio que nos gustan los juegos de un solo jugador. ¿No? Es comprensible que un juego pase de moda y no haya con quien jugarlo... Estas son las últimas generaciones de consolas que nos van a permitir un soporte físico. Ya prácticamente todo lo que jugamos está atado a un servicio. La conveniencia hace risible tener que poner un disco en una PC, y dentro de muy poco en una PlayStation 3. Al menos uno pagó por ello. En 10 años voy a prender mí consola y jugar todo lo que pagué. Pero solo con un vistazo a un pequeño gafe cometido por Ubisoft nos poné los pelos de punta: una baja del servidor evitó que todos los usuarios puedan acceder a sus juegos durante un par de días. Sí, también en el modo de un solo jugador.

¿Y en un par de años, cuando quiera probar ese oscuro juego que salió de forma exclusiva en PlayStation Network? ¿Donde lo compro, señor?

"Lo recordaba distinto..."

Todo lo producido en estos años está sometido a una espiral frenética de consumismo, y donde me cuesta compararlo con arte en el sentido solemne de la palabra. Es como tratar de rebocar una pared con material seco, tirás y tirás pero nada queda. Por eso los píxeles desnudos venden, por eso Tim Schafer junta dos millones de dólares. La pregnancia intrínseca del viejo modelo permitió pasarlos de generación. El modelo actual no va a permitir que esto ocurra con casi ningún juego. ¿O me equivocaré y acaso alguien va a comprar la edición 25 aniversario de Call of Duty 4: Modern Combat?

Necesito YA el teléfono de Bobby Kotick.


Facundo Mounes es un cabeza de alcornoque que vive en el pasado. Seguí las noticias de ayer en su Twitter.